La explotación minera en Venezuela




Esta caricatura fue publicada el 6 de noviembre 2018 en la cuenta Instagram de su creador, Roberto Weil.

Roberto Weil nació en Caracas el 31 de enero 1967 y se graduó de Ingeniero industrial en la Universidad de Massachussets, Amherst. Empezó pintando en 1997 y ya en 2003 publicó su primera exposición individual.  Es un hombre de artes: se dedica a la escultura, a la pintura, a la fotografía y también a la guitarra. Sus trabajos fueron publicados en muchos periódicos importantes como por ejemplo El Nacional, el Universal, el Exceso. Actualmente publica en el Tal Cual, un periódico de circulación nacional de Venezuela que desde su creación en 2000 ha mantenido una línea editorial de oposición a los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro. En 2001, Roberto Weil obtuvo el premio nacional de caricatura Pedro León Zapata.

La caricatura no fue publicada en un periódico, sino en la página Instagram de su autor con los hashtags #oro, #minería y #ojosdechavez. Sin duda, el autor dibujó esta caricatura con un intento de crítica política en cuanto a las concesiones en el Arco Minero por parte del expresidente Maduro. De hecho, en la caricatura se ven dos loros que vuelan encima de dos minas de oro en el medio de la foresta. Los loros tienen una expresión sorprendida, como para decir: ¿Qué está pasando aquí?

Aunque pueda ser que el contexto de la explotación de los recursos naturales en Venezuela les suene, les voy a dar algunos datos más específicos.
En 2011, el presidente Maduro presentó el proyecto de desarrollo de la Faja Petrolífera del Orinoco y del Arco Minero de Guyana.  Cinco años después el gobierno de Nicolás Maduro puso en práctica este proyecto mediante una disposición en la que también se delimitaron cuatro áreas para la explotación de oro y coltán. Pero en estas zonas se encuentran también otros materiales como el diamante, la bauxita, el cobre, la dolomita, el hierro, el caolín y tierras raras. En 2016, la Asamblea Nacional desconoció el decreto Maduro sobre la explotación de estas tierras con el argumento de que fue aprobado sin consulta ni autorización legislativa y calificó ilegales las concesiones que pretendían instalarse es esas zonas. Esto no impidió que, en agosto del mismo año, el Ejecutivo anunciara la firma de una serie de acuerdos por 4,5 millones de dólares con empresas nacionales e internacionales.
El problema principal es que nunca se han seguido los canales regulares: a esto de debe la falta de constitucionalidad y la ilegalidad que ha rodeado este decreto. Además, no se tiene acceso a los datos sobre lo que está pasando realmente en la zona. En condiciones normales deberían existir estudios sobre el impacto ambiental de las minas. A finales de 2017, el 3% del Arco Minero, o sea una superficie de 3.410 kilómetros cuadrados, fue destinada a la explotación de recursos naturales, con la delimitación de 23 áreas para uso minero. 22 de ellas están destinadas a la explotación de oro y una a la de diamantes.

Los expertos insisten en afirmar que la promoción de la minería a pequeña escala es muy dañina para el medioambiente: se contaminan las aguas y los peces con el mercurio y sobre todo la exposición a este metal provoca daños al sistema nervioso central que puede llevar a un mal desarrollo neuronal.
Pero lo que más tiene a que ver con la caricatura es que Venezuela se encuentra entre los 10 países con mayor biodiversidad en el planeta. En la región de Orinoco, aquella donde se sitúan las minas, se encuentran más de 5.000 especies de insectos, casi 5.000 especies de plantas, 850 especies de aves y 654 especies de peces. De hecho, la explotación minera pone en peligro áreas donde hay la mayor biodiversidad del planeta, incluyendo zonas de foresta pluvial con especies únicas.

En cuanto a la composición de la caricatura, podemos ver que hay dos partes principales: una abajo y una arriba. En la parte de abajo se pueden ver las minas de oro, que contrastan enormemente con el verde de los arboles que las rodean. Encima de la foresta, se encuentran los dos loros que tienen expresiones faciales humanas. De hecho, el caricaturista personifica los animales para transmitir el sentimiento de estupor y de incredulidad al ver la destrucción de su hábitat natural. La imagen no necesita diálogos en cuanto la expresión de los dos animales es suficiente para transmitir el mansaje. Quizás si hubiera un dialogo la imagen sería menos eficaz. De esta manera las caras de los loros impactan al lector aún más. En cuanto al análisis de los colores, se puede destacar que los elementos que representan la naturaleza, es decir los loros y la foresta, tienen colores vivos y brillantes, mientras que las minas están pintadas de marrón, un color cierto natural, pero que contrasta mucho con la vitalidad de la naturaleza. Es una caricatura directa en cuanto no tiene símbolos metafóricos o significados ocultos y no necesita demasiadas explicaciones.

Sin duda el autor quiere denunciar la explotación ilegal de los recursos naturales en Venezuela y los decretos inconstitucionales que permiten a demasiadas empresas instalarse en un territorio lleno de vida y potencial natural. También critica a unos gobiernos que solo se dedican a intereses políticos y económicos, sin preocuparse por el medioambiente.



http://www.el-nacional.com/noticias/sociedad/los-estragos-del-arco-minero_224412

Comentarios

  1. ¡Hola!

    Gracias por dar más informaciones a propósito del contexto, resulta ser de gran utilidad para entender lo que esta representado. Mencionas a los dos loros y sus expresiones faciales pero no sé si te habías dado cuenta que en el plano de abajo, las tierras en la selva forman como cuadrados y estos se parecen a caras en los que podemos ver ojos que fruncen el ceño. Me parece importante mencionarlo por que la expresión facial de esta personificación me impacta bastante. Es como si la Tierra cobrase vida para mostrar sus descontento.
    Efectivamente estoy de acuerdo con el hecho de que es grave dejar al medioambiente tanto de lado cuando se sabe lo mal que esta la cosa ahora mismo. Por supuesto que es importante el aspecto económico del país pero lo peor es que esta explotación no beneficia a los locales sino que enriquece a las multinacionales que ya tienen dinero. Debería ser lo contrario ya que son los recursos naturales del pueblo no de las compañías extranjeras y eso es lo más sorprendiente. Explotar vale, pero con unas ciertas reglas que beneficien tanto al pueblo como a la naturaleza que son las prioridades.

    Dylan

    ResponderEliminar
  2. Hola !
    Me encanta tu comentario, Iris.
    En efecto, como ya sabemos, Venezuela, es un país conocido por sus minerías,su petroleo y también su majestuosa naturaleza.
    Pero el gobierno debe elegir entre: hacer beneficios o conservar la biodiversidad.
    Desafortunadamente, me parece que la elección ha sido hecha.
    Los dos loros están sorprendidos por lo que está pasando y tienen miedo para su futuro. Lo que es muy comprensible porque será seguramente la muerte.
    Léa Fontani

    ResponderEliminar
  3. Como se podría decir "las minas de corrupción" porque solo benefician a las empresas multinacionales. El gobierno venezolano no se preocupa por su gente que debería beneficiarse de eso o incluso el medio ambiente, es lamentable.

    Lisa-Victoria

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

La crisis afecta el sector petrolero

RESISTENCIA INDÍGENA

La manipulación de los medios de información