El camino hacia la libertad
Esta caricatura
fue publicada el 17 de febrero 2019 en el periódico El Nacional. Su autor es EDO, uno de los caricaturistas
venezolanos más conocidos a nivel nacional e internacional. Para los que todavía
no lo conocen, EDO, cuyo verdadero nombre es Eduardo Sanabria, nació en Caracas
en 197. Sus caricaturas han sido publicadas en muchos periódicos de gran
relevancia, como El diario de Caracas, Economía Hoy, El Mundo y, por supuesto, El
Nacional. Además de participar en cursos
de ilustración, talleres de diseño gráfico y convenciones de comics en muchos países
de América Latina, ganó dos veces el premio Pedro León Zapata, otorgado por el periódico
El Nacional al mejor caricaturista venezolano. E incluso, en 2007, ganó la
Pluma de Oro como mejor caricaturista en el primer salón del humorismo gráfico
de la Fiera Iberoamericana de Arte.
En la
caricatura podemos ver a una multitud marchando a través de un laberinto, al cabo
del cual hay dos personajes: una paloma con una rama de olivo en su pico y una
mujer con los ojos vendados llevando una espada y una balanza. Podemos interpretar
a estos dos personajes como las representaciones de la paz y de la justicia. Otro
elemento muy importante en esta imagen es la pequeña frase que dice: “¿Cómo
vamos?”. Está puesta en una burbuja de pensamiento
y por esto no se comprende precisamente quién pronuncia estas palabras.
Aunque
la caricatura sea bastante explicita en cuanto a su sentido, quizás un
recordatorio sobre la situación actual de Venezuela pueda mejorar la comprensión.
Como ya lo sabemos, Venezuela se encuentra en un momento de crisis política y humanitaria
muy grave. El 23 de enero 2019 es una fecha clave: Juan Guaidó se autoproclamo
presidente, rechazando el poder del vigente presidente Nicolás Maduro. ¿La razón
oficial? En las ultimas elecciones, que remontan a mayo del año pasado, Maduro tomó
el poder de manera irregular. Entonces, la autoproclamación de Guaidó se justificó
para que se pudieran instituir nuevas elecciones democráticas. Y es desde aquel
momento que la opinión pública se incendió. Venezuela recibió apoyos o rechazos
a nivel internacional, cambiando y amenazando delicados equilibrios económico-políticos.
Una serie de acontecimientos marcaron de forma muy importante estos últimos meses:
por ejemplo, Maduro reforzó el bloqueo del puente que une Venezuela y Colombia
para evitar que las ayudas humanitarias solicitadas por la oposición pudieran
llegar en el país; o también, para poner en evidencia la delicadeza de la situación
venezolana, el 13 de febrero, el presidente de EE. UU. Donald Trump recibió en la Casa Blanca a Iván
Duque, presidente de Colombia, para discutir sobre las decisiones sobre
Venezuela. Trump opinó que Maduro cometió un error muy grande en no aceptar las
ayudas enviadas. Además, el presidente estadunidense dejó entender que tenía la
intención de enviar tropas en Venezuela pasando por Colombia.
El problema
principal es que en Venezuela los asuntos políticos afectan directa y
negativamente a los ciudadanos. La situación de extrema incertitud, pobreza y
precariedad en la que los venezolanos se encuentran no parece ser una motivación
tan valida para dejar con los juegos de poder político. Aunque la población haya
acogido a Juan Guaidó con entusiasmo, ahora es necesario que se tomen medidas
practicas y concreta para mejorar la situación de los ciudadanos, que mientras
tanto quedan sin agua, comida, bienes de primera necesidad y corriente eléctrica.
Incluso, los hospitales ya no tienen suficientes medicamentos. La gente se ve
obligada en emigrar o por los menos, intentar marcharse del país.
En cuanto
al análisis de la caricatura, hay diferentes elementos importantes. Primero, el
laberinto: metáfora para ilustrar la situación política de Venezuela. Largo,
retorcido y con muchas trampas. Segundo: la multitud que está marchando a través
de este laberinto. Claramente, como se puede deducir de las numerosas banderas,
es la representación de la población venezolana. Un pueblo que intenta sobrevivir
a una situación dramática que podría también desembocar en una verdadera guerra
civil. Excepto por los primeros individuos, no es posible distinguir claramente
las personas. Pero esto nos da una idea de la cantidad de personas implicadas
en esta situación. Tercer elemento: la burbuja de pensamiento. A un interior se
puede leer la frase: “¿Cómo vamos?”. Ya que no es un personaje preciso que
pronuncia estas palabras, se puede deducir que es un mensaje que viene de la mayor
parte de los venezolanos. Siendo la situación tan complicada y delicada, es difícil
hare un retrato preciso e inequívoco de lo que está pasando. Pero en el
contexto de la imagen, esta frase quiere decir: “¿Cuánto falta para que
lleguemos a la justicia y a la paz?” Y, de hecho, el cuarto elemento son una
paloma con una rama de olivo en su pico y una mujer con los ojos vedados que
lleva en sus manos una espada y una balanza. Aquí, el autor utiliza símbolos
universales para indicar a la paz y a la justicia.
El sentido
general de la criatura podría resumirse así: en Venezuela el camino para
alcanzar la paz y la justicia es largo y difícil. De hecho, la intención del
autor es denunciar la situación de su país. Pero con el hecho de que los
primeros de la multitud estén cerca de la salida del labirinto, en la
caricatura hay también una señal de esperanza.
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